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lunes, 1 de noviembre de 2010

Mi participación en el proceso IFE-2010




MI PARTICIPACIÓN EN EL PROCESO DE SELECCIÓN DE
CONSEJEROS ELECTORALES DEL IFE 2010.
31 DE OCTUBRE DE 2010
ALFREDO ORELLANA MOYAO

La mejor forma de agradecer a quienes apoyaron mi participación en el proceso de selección de Consejeros Electorales del Consejo General del IFE 2010, es dar cuenta del resultado que obtuve. Esa finalidad motiva estas líneas:

Desde mi perspectiva, quienes acudimos a la convocatoria de la Cámara de Diputados debíamos estar al tanto de tres condiciones que determinarían nuestro éxito en el proceso:

1. Condiciones de elegibilidad, es decir, llenar los requisitos formales para ser Consejero Electoral y no estar en alguno de los supuestos que impiden acceder a ese cargo. Al parecer los 146 aspirantes registrados pasamos este primer filtro de legalidad.

2. Condiciones de capacidad, que se refieren al conocimiento, la experiencia y el perfil profesional que acredita la aptitud para ejercer el cargo. Fuimos considerados idóneos 136 aspirantes tras este filtro técnico.

3. Condiciones políticas, es decir, la viabilidad de que un grupo parlamentario haga suya la propuesta para llevarla a negociaciones y votaciones más avanzadas en el proceso. Se integró un listado de 17 personas a partir de esta selección política. Yo no estuve en ese listado.

La fracción V, párrafo tercero del artículo 41 de nuestra Constitución Política establece que los consejeros electorales “serán elegidos…por el voto de las dos terceras partes de los miembros presentes de la Cámara de Diputados, a propuesta de los grupos parlamentarios…”

Todo el proceso de convocatoria y consulta pública tiene por objeto garantizar que los ciudadanos interesados cumplan los requisitos de ley, que no tengan impedimentos para llegar al cargo y que cuenten con credenciales profesionales, académicas y técnicas para desempeñar las funciones que corresponden a los consejeros electorales. A todo ello, sigue una decisión de orden estrictamente político y parlamentario que está en el ámbito de los partidos políticos y sus grupos de legisladores.

Nada hay de sorpresivo en ello. Son los grupos parlamentarios de los partidos políticos los únicos facultados para llevar propuestas de Consejeros Electorales al seno de la Junta de Coordinación Política y al Pleno de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

Como aspirante, asumí ese contexto normativo y constitucional. Me aseguré de cumplir los requisitos de ley y procuré el apoyo y respaldo de las instituciones académicas, sociales y gremiales que me distinguieron con sus escritos formales dirigidos a la Comsión de Gobernación de la Cámara de Diputados. Con ello cumplí las condiciones de idoneidad legal y profesional.

Para la parte política hice mi mejor esfuerzo para acercarme a los partidos políticos, a sus dirigencias y grupos parlamentarios para exponer mis ideas, mis preocupaciones y mis propuestas, dentro de los tiempos y formas que fueron posibles.

Si bien no he militado en partido político alguno, a todos ellos les ofrecí -en caso del llegar al Consejo General del IFE- la mayor empatía con sus causas y dilemas, pero jamás comprometí simpatías ni antipatías (filias o fobias) y debo decir que ningún partido siquiera insinuó cosa semejante.

La Convocatoria prohibía reuniones o entrevistas después de la inscripción al proceso de modo que con mi registro terminó toda oportunidad de acercamiento personal con los señores diputados.

La Comisión de Gobernación de la Cámara de los Diputados se esmeró por dar transparencia y publicidad al proceso. Anunció su determinación por alcanzar unanimidad como símbolo de consenso y así, se integró el dictamen en el que se incluyeron 17 nombres que la Comisión consideró legal, profesional y políticamente adecuados para que los Grupos Parlamentarios eligieran sus propuestas para llevarlas al Pleno de la Cámara.

En suma, es indudable que los Grupos Parlamentarios son los cauces de la representatividad y la decisión en el Congreso de la Unión; a ellos les resultaron más cercanos, más afines y más confiables los ciudadanos expresamente incluidos en la lista de 17 nombres.

No creo que los demás ciudadanos participantes debamos acusar agravio alguno por ese motivo. Yo no lo hago.

Existen claramente aspectos que pueden mejorar, etapas que pueden afinarse e incluso hay cuestiones de fondo que merecen reflexión. Pero este es el proceso que tenemos y a él me sometí con entusiasmo y responsabilidad.

Estimados amigos:

Viví un proceso ordenado y respetuoso, hasta donde pude yo atestiguar.

A la Cámara de Diputados, a los partidos políticos, a sus grupos parlamentarios, a la Comisión de Gobernación, al Instituto Federal Electoral y a todos los ciudadanos inscritos al proceso, mi respeto.

A todos ustedes, mi sincero, público y respetuoso agradecimiento.


Alfredo Orellana Moyao

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